lunes, 19 de junio de 2017

Fe

El dejó de creer en el amor y no se dio cuenta que lo único que hacía era acrecentar su fe. Escribía y escribía, no paraba de conjurar a sus demonios e intentar perder sus miedos. A veces fue cobarde, otras veces se entregó y perdió. Lloraba a la mujer que creyó que era la mujer de su vida, y no comprendió que la tenía. Sólo una jugada más, sólo una vuelta de tuerca y estirar la mano para agarrar la suya... no hay dolor eterno, no duele el amor cuando hay dos enamorados. No duele la ausencia cuando se habita en otro corazón, cuando se está, se está.

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