viernes, 18 de agosto de 2017

Con los zapatos puestos

Tenía 10 años... le habían regalado hacía muy poco el escalectrix con el que soñaba... No era fácil tener uno en esos tiempos a casi una década de la Guerra Civil. Sus gafas rotas en la mochila junto al bocadillo de atún, la escuadra y el cartabón. Dicen que andaba siempre en las nubes, soñando que algún día sería arquitecto y construiría museos, bibliotecas... haría maravillas en la playa. Acababan de estudiar Mesopotamia en la escuela y estaba lleno de ideas. Risueño, despistado a más no poder. En esa época no había mucho tráfico... más de 60 años han pasado ya. Yo no lo conocí pero siempre oí contar que era tan despistado que a veces llegaba a su casa descalzo porque había olvidado zapatos y calcetines en la playa e iba corriendo entre las risas de sus hermanos mayores que le apremiaban antes de que se enterara su madre. Ella siempre se enteraba, le decía que fuera directo del colegio a casa. Pero era mucha tentación a su edad no bajar a la playa a jugar al clavo o perseguir burras entre los lisos. Ese día los amigos lo retaron a subirse al camión... él y sus despistes, no se dio cuenta que daba marcha atrás y no tuvo tiempo de saltar cuando se vio atrapado contra la pared. Ese día llevaba los zapatos puestos.©

No hay comentarios:

Publicar un comentario