domingo, 6 de agosto de 2017

Negrura

Cuando se inicia el tiempo de descanso es cuando más activa está mi mente, no puedo evitar que se escape por los tejados y vuele lejos de mi cerebro, que busque en la oscuridad luces que brillen y recuerden que hay otras personas que también deambulan, trabajan, sueñan… aman, lloran, nacen o mueren amparadas por esa negrura que todo lo envuelve. ¿Quizá el negro es mi color favorito, porque nunca aprendí a poner la mente en blanco?, jajaja. 

Manuel M. Almeida, derechos reservados.
Quiero esos claroscuros que alientan mis sueños, quiero ese silencio que abre mi voz, quiero esos cielos llenos de estrellas, quiero oír las rodadas de coches, algún grito lejano, voces, suspiros, gemidos, llantos y rezos. Me gustan los relojes que dan campanadas, me gusta las luces que de repente se apagan, las que se encienden. Me gustan los roces del alba pegados al dobladillo del pijama, la lujuria desenfrenada. Me gusta la gente que sueña despierta, los fumadores que expelen su alma en volutas, la espera de quienes pacientes esperan que llegue el día. La esperanza dibujada en pupilas dilatadas. Me gusta soñar, y escribirte, me gusta encontrarme con almas errantes. Me gusta saber que el sol saldrá, que me llenará de energía para volver a esperar que caiga la madrugada...©

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